Me preocupa SERIAMENTE que la gente siga compartiendo este artículo en Facebook. Lo que se defiende en él no se ajusta a la realidad a la que da lugar la Ley Pulpín. No caigamos en la tendencia de tomar por verdadero todo lo que vemos escrito, ¿sí? Revisemos:

1. “En primer lugar, debes tener en cuenta que este régimen no es obligatorio y que puedes negociar con tu empleador mejorar algunos de los beneficios (...)”

No es obligatorio para las empresas. La empresa decide si te pone en el régimen o no. Para los jóvenes, tampoco es obligatorio si la empresa los pone en el régimen: nadie te obliga a tener el empleo. Si la ley busca promover el empleo juvenil, la coacción a un régimen con beneficios recortados no es la forma. Además, es recontra payaso (por no decir otra palabra) sugerir que entrando a trabajar negocies beneficios si no tienes experiencia. No deberías tener que negociar qué derechos te reconocen.

2. “Ahora, tienes que pensar que tu situación, de repente no es la misma que aquel joven que te sirve tu chifita o el que te da las cremas en la pollería de la esquina. Hay abusos laborales bastante significativos para aquellos que trabajan de manera informal sin ningun tipo de beneficio laboral y esta reglamentación supone una oportunidad importante para ellos (...)”

Esta reglamentación no supone una oportunidad importante para ellos. Esta reglamentación busca reducir la tasa de informalidad, mas no cambiar la situación de los trabajadores informales. Poniéndolo simple: Si trabajando con recibo por honorarios recibías 12 sueldos al año, esta ley hará que recibas la misma cantidad de sueldos pero te consideren formal. El gobierno gana el titular “redujo la informalidad”, pero tú no ganas nada.

3. “Vamos con el tema de las capacitaciones, ¿qué empresa quiere pagar menos impuestos? en el fondo, creo que todas (siendo bastante exagerada y mala onda) y qué mejor manera que realizando capacitaciones para ti y que ello signifique un crédito fiscal para la empresa, ¿chévere no? (...)”

La ley no obliga a capacitar, no especifica los términos de la capacitación, y obliga a que te contraten mínimo un año. Ello quiere decir que pueden tomar como capacitación meterte a un curso en cualquier institución o incluso un curso interno, sin ningún tipo de acreditación que te pueda servir luego en tu CV. Y sí, te pueden capacitar bien también, pero si estás en la posición de “trabajador barato que debo tener mínimo un año”, es tener demasiada fe.

4. “No hay trabajo formal, porque pasarse a la formalidad, es caro y eso, parece que no te has dado cuenta, porque de repente tu ya estás chambeando, por eso te quejas, porque crees que te quitarán la grati y tu CTS, pero esta ley no es retroactiva, ¡entiende! y las empresas que te quieran colocar en ese régimen estando ya en el general, serán sancionadas (...)”

A ver: Lo que sanciona la ley es que te cesen para pasarte al otro régimen. La ley no sanciona que te cesen por CUALQUIER OTRO MOTIVO, y contraten a un pulpín en tu lugar. ¿Captas por qué nos afecta a todos?

“¡Pero el Mintra vela por mis derechos laborales! ¡Jum!”, dirás tú. Te cuento que en el Mintra hay solo 300 personas designadas para velar por los derechos laborales de todos los peruanos, y hace menos de dos años ELLOS HACÍAN HUELGA porque SUS derechos laborales no se respetaban. Una vez más, no peques de devoto, pues.

5. “Te vuelvo a apostar otro pulpin helado a que en cuanto viste, menos vacas, CTS y grati te arañaste, te ofendiste como una vieja y ni te acordaste del brother que te corretea en Gamarra, que chambea más de doce horas y que solo Dios y su estómago saben si almorzó; pues esta ley le da la oportunidad de tener vacas (al menos 15 días), estará en planilla y demás (...), podrán ser sujeto de crédito y así como tu también tienes tu tarjetita de crédito, estos jóvenes como tú también pueden tener una”.

Malas noticias: Si tu formalidad le cuesta S/. 1.00 más a tu empleador, te va a mantener informal. ¿Sabes por qué? Porque nadie los fiscaliza. En pocas palabras: CON ELLOS NO ES. Esta ley no ataca la informalidad, pero pone en la mesa las armas para canibalizar el mercado a costa de los derechos que todos deberíamos tener sin discriminación de edad. Pueden promulgar MIL LEYES, pero mientras el sistema de fiscalización siga siendo ineficiente, los cambios terminan siendo contraproducentes.

Yo comprendo si les da lata leer las 7 caras A4, fuente Arial, tamaño 2000, espaciado tengoquellenardospáginasconunpárrafo, de la Ley Pulpín. Entiendo también que se desentiendan del contexto social y político en el que estamos sumidos. Pero si no van a informarse, tampoco compartan opiniones a favor o en contra. Quedan como chibolos pulpines, y creo que no es la voz, ¿no?